Sin cuerda...
Tener las manos pequeñas y los brazos cortos se ha convertido esta noche en mi mayor preocupación. Me estoy quedando sin cuerda.
Sé que por mil y una posiciones diferentes que pruebe o por innumerables objetos con los que me intente ayudar, es imposible, no hay nada que hacer. A ese punto exacto dónde tengo la pequeña clavija que me activa, sólo tu llegas... y a mi se me olvidó pedirte que la apretaras al máximo antes de irte.
Las consecuencias de este olvido son fatales, mi día ha sido insoportablemente lento, arrítmico y descordinado. Me temo que mi noche ni siquiera va a ser .
Sólo me queda suplicarte que vuelvas pronto, antes de que irremediablemente me ac
abe del
todo...