26 diciembre 2006

Como Clara Zachanassian...




Como Clara Zachannassian apenas existo fisicamente,
tengo postizos los pechos, los dientes y hasta un ojo.
Esa es mi estrategia,
deshumanizarme para convertir tu tragedia en algo grotesco.
Ríete,
no me dirás que habías visto algo semejante alguna vez.


Como Clara Zachannassian voy a desmontarme por piezas cada noche,
lamento decirte que no es ninguna metáfora,
que me quedo sólo con lo mio:
una pierna, dos protesis y un antebrazo.
Ríete,
sólo tienes que imaginar un mecano distinto cada día.

Como Clara Zachannassian voy a casarme siete, ocho o nueve veces
y no me casaré otras tantas, incontables, indecibles, aireadas a conciencia.
Ríete,
delante tuyo no hay más que una puta
que ha convertido al mundo en su burdel.

Como Clara Zachannassian vuelvo a ti para vengarme

Vamos, ¿por qué no te ries?
Sólo olvidé decirte que no encontré protesis para el corazón.

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Clare Zahcnnassian es el personaje central de "La visita de la vieja dama" un texto teatral más que recomendable de Friedrich Dürrenmatt, dramaturgo y pintor suizo. Cinismo, crueldad, ironía, justicia, culpa y venganza son algunos de los ingredientes de este texto que se ha convertido ya en todo un clásico del teatro contemporáneo. Existe también una versión cinematográfica del año 1964 con Ingrid Bergman como protagonista aunque sin duda sigue siendo infinítamente mejor la versión teatral del Centro Dramático Nacional dirigida por Juan Carlos Pérez de la Fuente y protagonizada por Mª Jesús Valdés.
A mi me dio por meterme en la piel de esta mujer despechada, acabada pero poderosa al fin y al cabo...
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14 diciembre 2006

Mi mente y mi cuerpo volando... en aviones muy diferentes


Estos son sólo tres posibles inicios de relatos que ya nunca escribiré. A veces sólo con el inicio se pueden decir muchas cosas. Los hice ayer mientras viajaba en una minúscula avioneta a Valladolid.
De repente me dio por imaginarme que en realidad el viaje lo hacía en una silla voladora como las que antes había en las ferias para los niños.
La imagen de los ejecutivos que me rodeaban en esas sillas voladoras me hizo sonreir. Después tuve que volver a concentrarme en pasar miedo...
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¿Cuántos días te hicieron falta para saber que estabas enamorada de mi?
Menos dos.
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Cuando vuelvas, recuérdame que no te recuerde que quieres volver a irte... la última vez se me olvidó hacerlo.. fue mi culpa, lo sé.
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Te he olvidado. Lo he escrito cien veces en mi pizarra. Es el único sitio de la casa dónde todavía no estabas.
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05 diciembre 2006

Frivolidades...




Hoy voy a escribir frivolidades, nada con doble sentido, ni metáfora ni una segunda lectura entre líneas... nada de eso hoy. Sólo frivolidades.
Podría escribir sobre la compra que irremediablemente no puedo dejar de hacer esta semana o de los capítulos atrasados que debería ver de mi serie favorita (esa con la que antes me podía pasar tardes enteras). Podría explicarte mi decisión de coger un ascensor sola para intentar superar el miedo, o mi cita para emborracharme (así premeditadamente y con alevosía) para esta semana. Podría escribir sobre cualquiera de los temas absurdos con los que intento distraer y engañar a mi mente... de todas esas cosas me había propuesto hoy escribir, si no fuera porque en mi cabeza no dejan de retumbar tus últimas frases:
-Tengo miedo..
- Yo estoy aquí para ti.
-Por eso, tengo miedo...